Vida de huérfanos
Políticos, deportistas, artistas, obras de arte, celebridades, son erigidos como modelos de culto, y aquellas cualidades que otrora admirábamos de Dios, inconscientemente se las exigimos a estos mortales: vida eterna, belleza extrema, consecuencia total, incorruptibilidad, en definitiva, perfección. Cuando estos mortales caen del pedestal queda en evidencia lo obvio: son humanos, seres próximos, como yo, como tú. Entonces no soportamos la angustia que nos genera la orfandad, y rápidamente ponemos a otro mortal en el sillón divino.