Escuchando y anunciando como mujer: nuestro lenguaje litúrgico
Actualicemos el lenguaje litúrgico, en estos pequeños, grandes detalles que no cambian la Buena Noticia, pero la hacen más accesible para nosotras: si se invitara a “hermanas y hermanos” a escuchar la lectura, si el sacerdote dijera “dichosas y dichosos quienes se acercan a la mesa del Señor”, si revisáramos los cantos para usar palabras inclusivas en vez de sólo su forma masculina, no digo que cambiaría el mundo, pero sí, a lo mejor, la conciencia de cómo la mujer participa en la liturgia y en la Iglesia.