El desafío real del SENAME hoy en día, va mucho más allá de bajar la tasa de muertes de menores, pues un Derecho Humano tan básico como el Derecho a la Vida, no es equivalente al Derecho a estar-vivo, es mucho más profundo, debe implicar necesariamente el cuidado y la reparación de la propia historia del menor y, al mismo tiempo, establecer las condiciones de posibilidad para un proyecto de vida futura, fuera del SENAME. De esta manera, es la vida entera y no la supervivencia lo que debe garantizar el Estado para estos menores.
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