En las sociedades plurales como las que vivimos, el futuro de la religión pasa por generar ideas que ayuden a constituir un horizonte común de valores cívicos, compartidos por todos los ciudadanos. Ese es el aporte de la teología pública. Dicha forma de hacer teología, toma las “verdades” de la Revelación y, desde las mismas, intenta realizar un aporte a la discusión en la “Casa Común”. Laudato Si’, la última encíclica de Francisco, puede ser leída desde esta óptica, en la medida que nos invita a reflexionar nuestra relación de habitantes de esta casa compartida, dándonos algunas pistas sobre cómo “pararnos” en este suelo.
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